En ocasiones la cédula de habitabilidad no es obligatoria pero sí muy recomendable: conoce todo lo que necesitas sobre el concepto.
Notaría, documentos o pagos previos son algunos de los procesos por los que hay que pasar en la compraventa de una vivienda. Uno de los términos que más resuena en estas circunstancias es la cédula de habitabilidad, concepto fundamental para poder hacer uso habitable de un inmueble. En esta ocasión responderemos las dudas más comunes sobre este imprescindible documento: qué es, para qué sirve, qué datos contiene, entre otras cuestiones.
Legalmente hablando, la cédula de habitabilidad es un documento administrativo que establece y confirma que una vivienda reúne las condiciones básicas para ser habitada, sin perjuicio de que en la misma se realicen otras actividades debidamente autorizadas.
Estas “condiciones básicas” dependerán de la comunidad autónoma en la que se encuentre la vivienda y del año de construcción. A pesar de esto, existen datos concretos y objetivos que se rigen por el mismo baremo de medidas y condiciones:
La cédula de habitabilidad tiene por objetivo:
El profesional encargado de elaborar este informe es conocido como arquitecto técnico, mientras que la emisión de la cédula de habitabilidad como tal, será responsabilidad de un técnico del ayuntamiento, que ratificará con su firma la veracidad del documento.
Aunque la cédula de habitabilidad tiene una vigencia determinada dependiendo de la comunidad autónoma, en general, suele ser de 15 años, si bien esta vigencia depende del tipo y la fecha de otorgamiento.
Las cédulas de primera ocupación otorgadas antes de 2004 tenían una vigencia de 10 años, estando todas ellas caducadas en la actualidad. Las que se entregaron entre 2004 y 2012 tenían una vigencia de 15 años y las posteriores a 2012 alargan su vigencia a los 25 años.
El motivo por el cual se ha aumentado el tiempo de vigencia de la cédula de habitabilidad es que, en la actualidad, se exigen mayores garantías en la edificación, por lo que es de esperar que la vivienda se mantenga en condiciones óptimas por más tiempo.
En el caso de las cédulas de segunda ocupación y rehabilitación, la vigencia general es de 15 años.
Cuando el documento original no se encuentra en vigor, está deteriorado o se ha perdido, se debe pedir un duplicado, es decir, otra copia de este.
Para solicitar el duplicado de la cédula de habitabilidad, esta debe encontrarse vigente, en caso de estar caducada se debe pedir una nueva. Para obtener este documento, el propietario de la vivienda, el arrendatario o una persona que represente al propietario y esté autorizado, debe solicitar al departamento de vivienda correspondiente a cada comunidad autónoma.
Los documentos para solicitar el duplicado de la cédula de habitabilidad son:
Puedes hacer este trámite vía online: lo único que necesitas es la accesibilidad de tu entidad bancaria para realizar el pago en línea y acudir a la Registraduría seleccionada de tu comunidad autónoma para reclamar el documento. Una vez confirmada la solicitud del documento, durante las 24 horas siguientes se enviará el comprobante del trámite con un código QR.
Si deseas hacerlo de forma presencial, necesitarás pedir cita previa y presentar el comprobante del pago original.
En el precio de la cédula de habitabilidad dependerá de factores como la localización, la antigüedad de la vivienda, el coste de los honorarios del arquitecto o arquitecto técnico que acuda al inmueble para realizar la inspección o el coste de las tasas de cada ayuntamiento por tramitar la cédula de habitabilidad.
Es importante consultar bien la normativa de cada región, pero, de forma general, los precios de este documento son:
Para adquirir la cédula de habitabilidad, la vivienda debe contar con una serie de requisitos:
Existen tres tipos de cédulas de habitabilidad en función de la antigüedad del inmueble:
La cédula de habitabilidad debe contener los siguientes datos, pues en su defecto, podría anularse y no darse como válida:
La obligatoriedad de disponer de una cédula de habitabilidad no es una realidad en todo el territorio español. Hay comunidades autónomas en las que no es necesaria al vender o comprar una casa, aunque no tenerla puede suponer algunas complicaciones, como, por ejemplo, que los suministros de luz, gas o agua no puedan efectuarse.
Además, será imprescindible para la concesión de una hipoteca, el reagrupamiento de extranjeros y para adquirir una vivienda de primera ocupación.
Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Galicia, Comunidad de Madrid y País Vasco son aquellas regiones en las que no existe la obligación de presentar este documento durante el proceso de compraventa.
Además, como en la mayoría de las disposiciones legales, también existen excepciones con la presentación de la cédula de habitabilidad. En cualquiera de los siguientes casos de transmisión de vivienda, siempre y cuando no sea de nueva construcción, los implicados pueden optar por no disponer del documento:
Para empezar, deberás contratar los servicios de un arquitecto colegiado con la intención de que revise tu vivienda y confirme que reúne los requisitos mínimos exigidos por la comunidad en la que se ubica el inmueble.
Una vez comprobadas estas condiciones, el profesional emitirá un certificado que visará el Colegio de Arquitectos. Dicho certificado será presentado a la autoridad competente para que expida la cédula de habitabilidad. El trámite completo de tramitación puede llegar a durar hasta 3 meses.
Fuentes: idealista/news
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