Las persianas y las contraventanas resultan imprescindibles para reforzar la eficiencia térmica y acústica de las ventanas, de ahí que sea mejor instalarlas del lado exterior: protegerán más y mejor. A la hora de decantarse por un modelo o material hay que tener presente el clima y la orientación de tu vivienda y estudiar la opción que combine mejor con el estilo de la casa, el entorno y el impacto en las vistas desde el interior.
Proporcionan control de la temperatura interior, graduación de la luz y la ventilación, seguridad y atenuación del ruido exterior. Los tipos de persianas se clasifican, principalmente, según el material con el que se construyen, por el tipo de lama y la ubicación del cajón de enrollamiento, incluido o independiente de la carpintería.
Materiales. Las persianas que se suelen poner hoy en día son de aluminio y PVC. Las primeras ofrecen más opciones a la hora de elegir las lamas –interesantes las microperforadas, para que el ambiente interior no quede totalmente a oscuras. En todo caso, la persiana tiene que ir en sintonía con el material elegido para la ventana.
Forma de las lamas. Pueden ser más o menos grandes, curvas o rectas. Si buscas reforzar su aislamiento térmico, el PVC es efectivo, así como las de aluminio rellenas de poliuretano. Los sistemas con lamas orientables se regulan según la incidencia de la luz o la privacidad requeridas, solución a tener en cuenta porque, desde el interior, podrás seguir disfrutando de las vistas, pero matizando la entrada de luz. Ideal también para poder abrir las ventanas, pero manteniendo la seguridad.
Cajón de enrollamiento. Es el punto débil de las persianas, porque a través de él se producen pérdidas de energía y puentes térmicos. Para evitarlo, el cajón ha de formar bloque con la ventana, para garantizar su hermeticidad. También hay que aislar la caja donde se oculta la cinta.
Estética. Otro punto que agrega desventajas a su elección es el impacto estético que una persiana tiene en la fachada, especialmente si se trata de una de estilo rústico o clásico. En estos casos, elige lamas plegables de madera.
Ubicación. Cuando no hay persiana de antemano, una buena solución es instalar modelos independientes, que se accionan exclusivamente con mando a distancia. Se instalan en el hueco exterior de la ventana o superpuestas sobre la fachada. En la foto, una opción independiente con lamas que se pliegan como una cortina veneciana.
Motorizada. La gran ventaja de las persianas enrollables es que pueden accionarse individualmente o en conjunto, pero también formar parte de un sistema para programar su subida y bajada.
Tienen un campo de aplicación más amplio gracias a los distintos sistemas de apertura que hay –desde practicables y correderas, hasta plegables o levadizas. Es fácil de combinar con la ventana o la puerta balconera, además de ofrecer mayor integración estética en fachada y con el interior.
Contraventanas ciegas. Son de madera maciza y muy apropiadas para climas fríos. También se pueden combinar con cerco de hierro o acero galvanizado. Los tableros se pueden formar con tablas o en cuarterones, habituales en toda la arquitectura popular española. También se relacionan con entornos rústicos y clásicos.
Contraventanas de celosía. Constan de un bastidor perimetral al que se le ensamblan lamas fijas u orientables. Son ideales para climas húmedos y marítimos, porque permiten proteger la ventana del sol y la bruma, sin perder la aireación, como es el caso de las mallorquinas.
Las que requieren menos mantenimiento son las de aluminio o PVC. Sin embargo, las de madera, aportan calidad estética, además de ser un sello característico de ciertos estilos rurales y antiguos.
Las contraventanas correderas se pueden instalar en la cámara del muro o ir exentas sobre fachada. Las más sofisticadas van con un sistema de apertura elevable, convirtiendo la contraventana en un techo –para cortar, por ejemplo, el sol alto del verano. También pueden colocarse en la cara exterior de un balcón (en la imagen), proporcionando un filtro entre la calle y el interior.
Ubicación. La mejor ubicación es la exterior para frenar el sol, la lluvia, el viento y proteger la ventana del frío y del calor.
Si buscas comodidad y la posibilidad de accionar las protecciones desde un sistema automatizado y con conexión WiFi, las persianas enrollables ganan la partida. Cuando necesites una protección eficaz, pero en la que no se descuide la estética, las contraventanas son una opción más apropiada.
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